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Desde 1940 vinculados a la comercialización y producción de ibéricos.
El Origen
Nuestra vinculación con la industria chacinera se remonta a 1940, fecha en la cuál nuestro abuelo Enrique se asocia con su hermano Miguel para comprar un carro en la feria de Salamanca por 140 reales.
Ambos hermanos comienzan así su andadura como arrieros y comerciantes de productos derivados del cerdo. Sus viajes comenzaban en Guijuelo, con la compra de los productos que luego distribuían por las provincias de Cáceres, llegando hasta las tierras de Coria y la comarca de La Vera por el sur, y a Galicia hacia el norte.
En su vuelta de tierras cacereñas traían a Guijuelo el pimentón tan apreciado y necesario para la elaboración del embutido.
En los viajes a Galicia llevaban el unto -manteca salada y envejecida- que servía de base para la elaboración del “pote gallego”, plato básico en la alimentación de la población de la zona.
Un hecho de gran transcendencia fue la llegada del ferrocarril al pueblo, y la construcción de una estación especialmente capacitada para la carga y descarga de mercancías. Esto hizo posible la llegada de cerdos desde Extremadura y Andalucía hasta nuestra comarca, donde las condiciones climatológicas son muy propicias para la elaboración de productos curados.
Poco a poco, nuestros abuelos comenzaron a elaborar aquellos productos que comercializaban, llegando a sacrificar y elaborar 42 cerdos en 1944.
Con el paso del tiempo, la empresa creció y amplió su mercado a todo el territorio nacional. En el proceso de expansión, ambos hermanos fundaron empresas diferentes, especializadas en la selección, curación y comercialización de jamones y embutidos ibéricos.